El resultado en algunos lugares es dantesco, en unos parece que se ha encajonado junto a los ríos, en otros ha tumbado y tronzado sobre todo pinos por la mitad en zonas elevadas y otros al lado milagrosamente han salido indemnes. Zuaza, Artziniega o Baranbio ofrecen espectáculos de una hecatombe nuclear.
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