A algún pájaro misterioso parece gustarle los retrovisores de los coches como posadero. Día tras día veo los retrovisores manchados para disgusto de sus propietarios. Y por fín le pillé infraganti.
Un petirrojo parece encontrar allí un buen posadero de caza, o percibe en su reflejo a un atrevido congénere que ha osado invadir su territorio, o a una bella dama o simplemente la vanidad le puede, no llego a saberlo con certeza, tan sólo le veo día tras día en la misma zona y entre los mismos coches.
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