- ¡Qué no me gusta el pescado!
- Pues te lo comes.
- ¡Qué no me gusta entero con espinas!
- Todo buen volantón de mirlo acuático no puede sólo alimentarse de jugosos y rollizos tricópteros.
Tras un buen banquete, unos estiramientos.
¡Qué me caigo!
un buen baño, un meticuloso acicalamiento plumero y…
¡voilà!, una auténtica bolita de algodón que ni en el centrifugado
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