A tan sólo un kilómetro escaso del pueblo otro mundo aún pervive, lejos del bullicio y ritmo ajetreado urbano. ¡Tan cerca pero tan lejos!, hasta el punto que muchos padres y niños no se habían acercado nunca al cada vez más escaso mundo del caserío.
El contacto con los animales fue, sin duda, lo que más cautivó a los más pequeños
No pillamos a los carboneros en el nido por poco, justo el día anterior volaron los 7 pollitos de la caja
Padres y niños vieron la huerta, y cómo de una forma sencilla, se puede cultivar en ecológico sin haber hecho antes un máster
Volteamos un poco el compost
Visitamos a las abejas, nuestros mejores aliados para la polinización de los frutales y de los productos del huerto
Socrates, estuvo encantado, le calló algún chusco de pan, y buenos sobeteos de orejas y demás
Una limonada, hojaldre de calabaza de cabello de ángel, naranjas autóctonas, y se llevaron semillas de oro. ¡Ningún banco te da esa rentabilidad, siembras una y la mazorca te da quinientas!
Lute también estuvo encantado
¡Volved de nuevo cuando queráis!
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