Iosu tiene el privilegio de vivir en una casa con balcón en el campo; tiene además una enorme paciencia, y un inmenso amor a sus vecinos con plumas. Las gratificiones son inmensurables; a cambio de una variada y proteínica comida, que les ayuda a sobrevivir a la crudeza del invierno, le proporcionan la más hermosa y animada compañía mientras prepara la comida, lee un libro, tiende la ropa o conversa por teléfono con los amigos.
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