En una calle de LLodio entre los coches encontramos esta curruca capirotada, inmóvil a riesgo de ser atropellada por quien quisiera aparcar donde permanecía.
Pensamos que podría estar agotada o que se hubiese golpeado con algún vehículo.
En alguna otra ocasión hemos encontrado algún otro pajarillo junto a la carretera, le recogimos para que en ese momento de shock no sea atropellado y le metimos en una caja de cartón a oscuras en un sitio tranquilo. Al cabo de unas horas, si sigue vivo, puede que se haya recuperado; así si estamos en época reproductora lo mejor es soltarle donde le hemos encontrado, aunque a veces sea un problema.
Si tan sólo estamos de paso podemos recogerle,apartarle de la carretera y dejarle en un sitio tranquilo donde creamos que no le localicen los depredadores. Será lo que tenga que ser, pero al menos tendrá una pequeña oportunidad.
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